
La situación es mutatis mutandis al igual que la Iglesia Ortodoxa Griega, donde, por razones de interpretación de la verdadera tradición ortodoxa, en 1923 y años siguientes, alrededor de un millón de ortodoxos abandonaron la Iglesia oficial del Estado y se formaron los “Verdaderos Cristianos Ortodoxos”, cuyos sacramentos, bautismo y matrimonio, fueron reconocidos por el estado de Grecia. Cuando la Iglesia Ortodoxa Griega se quedó sin obispos en 1960 y 1962, la Iglesia Ortodoxa Rusa en el Exilio consagró a 7 obispos griegos para la Iglesia hermana Griega vetero-calendarista. Por lo tanto debemos afirmar que la Iglesia Griega Vetero-calendarista debe su sucesión apostólica, desde 1960, a la Iglesia Rusa en el Exilio. La Iglesia Rusa de Moscú ha reconocido finalmente la sucesión apostólica y sus sacramentos, como verdaderos sacramentos en la Iglesia Rusa en el Exilio, ellos no pueden lógicamente poner en duda los sacramentos de la Iglesia Ortodoxa Griega, llamada por todos “del viejo calendario” pues ha recibido la sucesión apostólica de la Iglesia Rusa en el Exilio. ¿O nos enseñarán nuestros queridos hermanos de Rusia y algunos de sus “teólogos” que todo este asunto sobre el reconocimiento de los sacramentos es un asunto de nacionalidad y pasaporte? Esperemos que comprendan lo ridículo que es que reconozcan que la verdad de los sacramentos es sólo para casos donde los creyentes son de nacionalidad rusa. Muy a menudo la Iglesia Ortodoxa está todavía viviendo, en muchos aspectos, la teología oriental en una especie de provincialismo.
Pero las pobres Iglesias Ortodoxas perseguidas, calumniadas, tergiversadas, distorsionadas de su verdadera historia, con toda clase de mentiras; tienen sus argumentos probatorios y pueden mostrar que muchas de las llamadas Iglesias “canónicas” no tienen derecho de acusarlas de no-canónicas ya que ellas mismas son, en muchos aspectos, irregulares.
Por ejemplo, el 30 Canon de los Apóstoles depone a todo clérigo (diácono, sacerdote u obispo) que haya sido instalado por autoridades laicas o gubernamentales. Ahora sabemos que casi el 60% u 80% de los clérigos, todavía encargados de las iglesias ortodoxas de los antiguos países comunistas, han sido nombrados y elegidos por los gobiernos comunistas, por la KGB y por las fuerzas de Seguridad, que no sólo eran organizaciones laicas sino instituciones diabólicas que perseguían toda clase de vida religiosa. ¿Cómo pueden ellos acusar a sus hermanos ortodoxos de “no-canónicos” cuando ellos mismos son completamente irregulares? Pensamos que nuestros hermanos de Rusia, Bulgaria o Rumanía tienen que ser y actuar más humildemente. No es cristiano ver solo las faltas de los otros y esconder nuestros propios defectos.
Pero ahí está el 29 Canon de los Apóstoles que estrictamente prohíbe pagar con puestos espirituales o por misiones. Tenemos muchos creyentes y también clero de iglesias ortodoxas y sabemos que en muchas eparquías los candidatos al sacerdocio pagan más de diez mil euros para que sus obispos les instalen en una iglesia o en una parroquia. ¡Esto es nada más y nada menos que simonía! Nosotros nos preguntamos ¿cómo pueden los representantes de estas iglesias o eparquías juzgar a sus hermanos Ortodoxos y decir que no son canónicos? Su inamistoso y verdaderamente no canónico comportamiento llega a un grado máximo todavía cuando hacen “re-ordenaciones” que crean confusión y escándalo, no solo en nuestras comunidades ortodoxas sino hasta en otras iglesias que, debido a su ignorancia en teología ortodoxa, creen que las llamadas iglesias “no-canónicas” no son en realidad Ortodoxas. El Canon 68 de los Apóstoles depone a todo clérigo Ortodoxo que ha de ser re-ordenado y hasta los obispos que celebran estas blasfemas re-ordenaciones, como algunos obispos rusos y rumanos (sin ningún motivo religioso) han llevado a cabo. Yo creo que ya es hora de que nosotros, los obispos Ortodoxos empecemos con un diálogo fraterno en amor y humildad.
Pero ahí está el 29 Canon de los Apóstoles que estrictamente prohíbe pagar con puestos espirituales o por misiones. Tenemos muchos creyentes y también clero de iglesias ortodoxas y sabemos que en muchas eparquías los candidatos al sacerdocio pagan más de diez mil euros para que sus obispos les instalen en una iglesia o en una parroquia. ¡Esto es nada más y nada menos que simonía! Nosotros nos preguntamos ¿cómo pueden los representantes de estas iglesias o eparquías juzgar a sus hermanos Ortodoxos y decir que no son canónicos? Su inamistoso y verdaderamente no canónico comportamiento llega a un grado máximo todavía cuando hacen “re-ordenaciones” que crean confusión y escándalo, no solo en nuestras comunidades ortodoxas sino hasta en otras iglesias que, debido a su ignorancia en teología ortodoxa, creen que las llamadas iglesias “no-canónicas” no son en realidad Ortodoxas. El Canon 68 de los Apóstoles depone a todo clérigo Ortodoxo que ha de ser re-ordenado y hasta los obispos que celebran estas blasfemas re-ordenaciones, como algunos obispos rusos y rumanos (sin ningún motivo religioso) han llevado a cabo. Yo creo que ya es hora de que nosotros, los obispos Ortodoxos empecemos con un diálogo fraterno en amor y humildad.
Metropolitano +Evloghios
(Traducción del inglés; escrito en marzo de 2007)